Posts in Category: Señor bolsa de papel

Corte de pelo

 Adiviná en qué hemos estado trabajando toda esta tarde. ¿En qué? ¡Sofonías ya es el mismo de antes! ¡Buen corte de pelo! ….. Sí les pediste permiso a sus padres antes de cortarle el pelo, ¿verdad? Sofonías, decime que les preguntaste a tus papás… Por supuesto… que no. Decían que parecía uno de sus santos favoritos así que me hubieran prohibido que me lo cortara.

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La generación de la pandemia

Sueños de pandemia

Buenos días. Buenos día-¡aaaah! Soy el Señor Bolsa de Papel, un angustiado ciudadano con sueños recurrentes a raíz de la pandemia. Tengo de esos sueños de pandemia en los que la gente a mi alrededor no usa mascarilla y a nadie le importa, solo a mí. ¡Yo también sueño eso! ¿Estoy soñando ahorita? ¡No estás usando mascarillas! ¡Oh, no! ¡¿Cómo hacemos que termine este sueño?! ¡No quiero contagiar a nadie! ¡Tengo una idea! ¡Mmmgm gmmmgm mgggm mmgggm, ggm mmgggm! Mjm.

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Furor del hot

Pero qué- Soy el Señor Bolsa de Papel, un ciudadano indignado por la pobreza de contenido del periódico. ¿Qué publicaron ahora? No querés verlo, es sobre Nylon-Man. ¿Y hoy qué hizo? ¿Contaminó otro río? ¿Anda abrazando gente que no podría interesarle menos? ¡¿”Nylon-man causa furor del hot en redes sociales con su nuevo traje de baño”?! ¡¿Arrasó con un sitio arqueológico y la noticia es que chapoteó en su piscina en calzoncillos?! Sugiero cambiar tu máscara de Ultra Yo por esta bolsa de papel. ¿Se supone que esto disminuya mi indignación? No está funcionando. Oh, no, nada puede contra el furor del hot y la bolsa exterioriza nuestra abismal aflicción.«Arrasó con un sitio arqueológico»
Más de El Señor Bolsa de Papel.
El furor del hot existe y es un flagelo de la sociedad.

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Noches de compras navideñas

Aquí viene el Señor Bolsa de Papel, un ciudadano partícipe del espíritu navideño. Fui a las noches de compras navideñas, donde casi muero asfixiado por el hacinamiento y el olor a gente. Finalmente logré comprar regalos para quienes estimo mucho y para quienes no tanto pero me daría vergüenza no darles nada. Luego batallé dos horas con el tráfico, navegando entre dedos medios, seres pitando “La Vieja” y peligrosas invasiones de carril. Pero todo este sacrificio vale la pena por demostrarle cariño a nuestros seres queridos, ¿verdad? Depende, ¿qué me compraste?

Más angustias del Señor Bolsa de Papel.

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